sábado, 25 de agosto de 2012


TEMAS VISTOS 
21 y 22/08/12
ENFERMERÍA 

NUTRICIÓN DE ACUERDO A LA EDAD
CARACTERÍSTICAS DE LA LECHE MATERNA


COMPOSICIÓN DE LA LECHE MATERNA

La leche materna contiene todos los nutrientes que necesita un lactante durante los primeros seis meses de vida, incluyendo grasa, carbohidratos, proteínas, vitaminas, minerales y agua (1,2,3,4). Se digiere fácilmente y se utiliza de manera eficiente. La leche materna también contiene factores bioactivos que fortalecen el sistema inmunológico inmaduro del lactante, brindándole protección contra la infección; además posee otros factores que favorecen la digestión y absorción de los nutrientes.

GRASAS
La leche humana contiene aproximadamente 3.5 g de grasa por 100 ml de leche; esta cantidad representa aproximadamente la mitad del contenido energético de la leche. La grasa es secretada en pequeñas gotas y su cantidad se incrementa a medida que la toma de leche va progresando. Por lo tanto, la leche del final, que es secretada hacia el final de la mamada, es rica en grasa y tiene un aspecto blanco cremoso, mientras que la leche del inicio, del principio de la mamada, contiene menos grasa y tiene un color algo azul grisáceo. La grasa de la leche materna contiene ácidos grasos poli-insaturados de cadena larga (ácido docosahexanoico o ADH y ácido araquidónico o AA) que no se encuentran presentes en otras leches.
Estos ácidos grasos son importantes para el desarrollo neurológico del niño. El ADH y el AA son añadidos en algunas variedades de leches artificiales comerciales, pero esto no les confiere ninguna ventaja sobre la leche materna y no son tan eficaces como los que se encuentran en la leche materna.
Hidratos de carbono El principal hidrato de carbono de la leche materna es la lactosa, que es un disacárido. La leche materna contiene aproximadamente 7 g de lactosa por 100 ml; esta cantidad es más elevada que en la mayoría de otras leches y es otra fuente importante de energía. Otro tipo de hidratos de carbono, presentes en la leche materna, son los oligosacáridos, que brindan una importante protección contra la infección

PROTEÍNAS
La proteína de la leche materna humana difiere tanto en la cantidad como en la calidad de la encontrada en la leche animal; contiene un equilibrio de aminoácidos que la hacen mucho más adecuada para el lactante. La concentración de proteína en la leche materna (0.9 g por 100 ml) es menor que en la leche animal. La mayor cantidad de proteína que existe en la leche animal puede sobrecargar los riñones inmaduros del lactante con productos nitrogenados de excreción. La leche materna contiene una menor cantidad de la proteína llamada caseína, la cual tienen una estructura molecular diferente. La caseína de la leche materna forma cuajos que son más fáciles de digerir que los que se forman con otras leches. En relación a las proteínas solubles del suero, la leche humana contiene mayor cantidad de alfa-lactoalbúmina; la leche de vaca contiene beta-lactoglobulina, la cual se encuentra ausente en la leche humana. La beta-lactoglobulina puede provocar intolerancia en los lactantes

VITAMINAS Y MINERALES
Normalmente, la leche materna contiene suficientes vitaminas para el lactante, a no ser que la madre sea deficiente.  La excepción es la vitamina D. El lactante requiere ser expuesto a la luz del sol para generar vitamina D endógena – si esto no fuera posible, requerirá suplementación. El hierro y el zinc están presentes en relativa baja concentración, pero su biodisponibilidad y absorción es elevada. Si los reservorios de hierro de la madre son adecuados, los lactantes que nacen a término tienen una reserva de hierro que permite satisfacer sus necesidades; solamente los lactantes que nacen prematuramente pueden necesitar suplementos antes de los 6 meses de edad. Se ha demostrado que el retraso de la ligadura del cordón umbilical hasta que deje de latir (aproximadamente a los 3 minutos) mejora la reserva de hierro durante los primeros 6 meses de vida

FACTORES ANTI-INFECCIOSOS
La leche materna contiene muchos factores que ayudan a proteger al lactante de la infección incluyendo: inmunoglobulinas, principalmente la inmunoglobulina A secretoria (IgAs), la cual recubre la mucosa intestinal y evita que las bacterias penetren a las células; glóbulos blancos, que destruyen microorganismos; proteínas del suero (lisozima y lactoferrina) que destruyen bacterias, virus y hongos; oligosacáridos, que evitan que las bacterias se adhieran a la superficie de las mucosas.
La protección brindada por estos factores es de un valor inigualable para el lactante. Primero, la protección ocurre sin provocar los efectos de la inflamación, como ser la fiebre, la cual puede ser peligrosa para un lactante pequeño. Segundo, la IgAs contiene anticuerpos producidos por el cuerpo de la madre contra sus propias bacterias intestinales y contra las infecciones que ella ha padecido. De esta manera, estos anticuerpos protegen particularmente al lactante contra las bacterias que puedan existir en el medio ambiente donde se encuentra.

OTROS FACTORES BIOACTIVOS
La lipasa estimulada por las sales biliares facilita la digestión completa de la grasa, una vez que la leche ha alcanzado el intestino delgado. La grasa de las leches artificiales es digerida de manera menos completa
El factor epidérmico del crecimiento estimula la maduración de las células de la mucosa del intestino del lactante, de manera que tienen una mejor capacidad para digerir y absorber nutrientes, y son más resistentes a la infección o a la sensibilización hacia proteínas extrañas. Se ha sugerido que existen otros factores de crecimiento presentes en la leche humana que promueven el desarrollo y la maduración de los nervios y de la retina.

CALOSTRO Y LECHE MADURA
El calostro es la leche especial que es secretada durante los primeros 2–3 días después del parto. Es producida en pequeña cantidad, aproximadamente 40–50 ml en el primer día, pero esta cantidad es la que normalmente el recién nacido necesita en ese momento.
El calostro es rico en glóbulos blancos y anticuerpos, especialmente IgAs y contiene un mayor porcentaje de proteínas, minerales y vitaminas liposolubles (A, E y K) en comparación con la leche madura. La vitamina A es importante para la protección de los ojos y para la integridad de las superficies epiteliales; con frecuencia esta vitamina hace que el calostro sea de un color amarillento. El calostro proporciona una importante protección inmunológica al lactante cuando éste se expone por primera vez a los microorganismos del ambiente, y el factor epidérmico de crecimiento ayuda a preparar la mucosa intestinal para recibir los nutrientes aportados por la leche. En este momento es importante que los lactantes reciban calostro y no otros alimentos. Los otros alimentos, administrados antes de que la lactancia materna se haya establecido son denominados alimentos prelácteos.
La leche comienza a ser producida en grandes cantidades entre los días 2 y 4 después del parto, provocando que los pechos se sientan llenos; es lo que se llama “subida” (o “bajada”) de la leche. En el tercer día, un lactante toma normalmente 300–400 ml en 24 horas y en el día quinto 500–800 ml. Del día 7 al 14 la leche es llamada de transición y después de las primeras 2 semanas se llama leche madura.

LECHE ANIMAL Y LECHE ARTIFICIAL COMERCIAL PARA LACTANTES
La leche animal es muy diferente de la leche humana, tanto en la cantidad como en la calidad de los nutrientes.
En el caso de lactantes menores de 6 meses, en situaciones excepcionalmente difíciles, la leche animal puede ser modificada mediante la adición de agua, azúcar y micronutrientes, con la finalidad de que pueda ser utilizada como sustitución a corto plazo de la leche materna. Sin embargo, la leche modificada nunca será equivalente ni tendrá las propiedades
anti-infecciosas de la leche humana. Después de los 6 meses, los lactantes pueden recibir leche entera (con toda su grasa) hervida.

Generalmente la leche artificial comercial para lactantes es elaborada a partir de leche de vaca o productos de soja industrialmente modificados. Durante el proceso de manufactura, las cantidades de nutrientes son ajustados para hacerlos más comparables a la leche materna. Sin embargo, las diferencias cualitativas en relación a la grasa y proteínas no pueden ser modificadas, por lo que la ausencia de factores
anti-infecciosos y bioactivos se mantiene. La leche artificial comercial en polvo para lactantes no es un producto estéril y puede ser insegura. Se han descrito

LAS BASES FISIOLÓGICAS DE LA LACTANCIA MATERNA



Anatomía del pecho materno
La estructura del pecho materno incluye el pezón y la areola; el tejido mamario; el tejido conectivo de soporte y la grasa; los vasos sanguíneos y linfáticos y los nervios.
El tejido mamario – Este tejido incluye a los alvéolos, que son pequeños sacos compuestos por células secretoras de leche y a los conductos que transportan la leche al exterior. Entre las mamadas, la leche se almacena en el lumen de los alvéolos y de los conductos.
Los alvéolos están rodeados por una ‘canasta’ de células mioepiteliales (musculares), que se contraen y hacen posible que la leche fluya por los conductos.
Pezón y areola – El pezón tiene un promedio de nueve conductos lactíferos que lo atraviesan hacia el exterior y también tiene fibras musculares y nervios. El pezón está rodeado por la areola, que es circular y pigmentada, donde se encuentran localizadas las glándulas de Montgomery. Estas glándulas secretan un líquido aceitoso que protege al pezón y a la areola durante la lactancia y produce un olor particular, para cada madre, que atrae a su lactante hacia el pecho. Cuando el reflejo de la oxitocina es activo, los conductos que se encuentran por debajo de la areola se llenan de leche y se tornan más anchos durante la mamada,

Control hormonal de la producción láctea

Existen dos hormonas que afectan al pecho materno de manera directa: la prolactina y la oxitocina. Otras hormonas, como ser los estrógenos, están involucradas de manera indirecta en la lactancia Cuando el lactante succiona el pecho materno, los impulsos sensoriales viajan del pezón hacia el cerebro. Como respuesta, el lóbulo anterior de la glándula pituitaria secreta prolactina y el lóbulo posterior secreta oxitocina.

PROLACTINA

La prolactina es necesaria para la secreción de la leche por parte de las células alveolares. El nivel de prolactina en la sangre se incrementa de manera acentuada durante el embarazo y estimula el crecimiento y desarrollo del tejido mamario como preparación para la producción láctea. Sin embargo, la leche no es secretada durante el embarazo, debido a que la progesterona y el estrógeno, las hormonas del embarazo, bloquean la acción de la prolactina. Después del parto, los niveles de progesterona y de estrógenos disminuyen rápidamente, por lo tanto la prolactina deja de ser bloqueada; en consecuencia, se inicia la secreción de leche.
Cuando el lactante succiona, se incrementan los niveles sanguíneos de prolactina, lo cual estimula la producción de leche por los alvéolos.

Los niveles de prolactina tienen un nivel máximo aproximadamente a los 30 minutos después del inicio de la mamada, de manera que su efecto más importante es producir leche para la siguiente mamada (20). Durante las primeras semanas, cuanto más el lactante succiona y estimula el pezón, más prolactina se produce  para producir la leche de la siguiente toma y, por lo tanto, se produce más leche. Este efecto es de particular importancia cuando se está estableciendo la lactancia. Si bien la prolactina sigue siendo necesaria para la producción de leche, después de algunas semanas no existe relación entre la cantidad de prolactina y la cantidad de leche producida.

Sin embargo, Si la madre interrumpe la lactancia materna, la secreción de leche también se detiene; entonces, la leche puede ‘secarse’.
Durante la noche se produce mayor cantidad de prolactina, de manera que la lactancia durante la noche es especialmente útil para mantener el aporte de leche.
Parece ser que la prolactina provoca que la madre se sienta relajada y somnolienta, por lo que es usual que descanse bien incluso si amamanta durante la noche.
La succión afecta la liberación de otras hormonas pituitarias, como ser la hormona liberadora de gonadotrofina (HLGn), la hormona folículoestimulante y la hormona luteinizante, lo que provoca la supresión de la ovulación y de la menstruación. Por lo tanto, la lactancia materna frecuente puede ayudar a retrasar un nuevo embarazo (ver Sesión 8 en Salud de la Madre). La lactancia durante la noche es importante para asegurar este efecto.

OXITOCINA


La oxitocina provoca que las células mioepiteliales que rodean los alvéolos se contraigan. Esto produce que la leche, que se encuentra almacenada en los alvéolos, fluya y llene los conductos A veces, la leche es eyectada en finos chorros.
El reflejo de oxitocina es llamado también “reflejo de salida” o “reflejo de eyección” de la leche. La oxitocina se produce con mayor rapidez que la prolactina. Esto provoca que la leche que se encuentra en el pecho  fluya durante la toma actual, lo cual favorece que el lactante obtenga la leche con mayor facilidad.
La oxitocina inicia su acción cuando la madre tiene prevista una mamada y cuando el lactante está succionando.
Este reflejo está condicionado por las sensaciones y sentimientos de la madre, como ser el tocar, oler o ver a su lactante, así como escuchar el llanto del lactante o tener pensamientos de amor hacia él o ella. Si la madre tiene un dolor intenso o está emocionalmente afectada, el reflejo de oxitocina puede inhibirse y la leche puede, repentinamente, dejar de fluir de manera adecuada. Si la madre recibe apoyo, recibe ayuda para sentirse cómoda y deja que el lactante continúe lactando, nuevamente se restablecerá el flujo de leche.
En la práctica, es importante comprender el reflejo de oxitocina debido a que explica el por qué es importante mantener juntos a la madre y a su lactante y por qué deben mantener el contacto piel a piel. La oxitocina provoca que el útero de la madre se contraiga después del parto y favorece la reducción del sangrado. Durante los primeros días, las contracciones uterinas pueden provocar un dolor intenso.



SIGNOS DE UN REFLEJO DE LA OXITOCINA ACTIVO
Las madres pueden advertir signos que reflejan que el reflejo de la oxitocina está activo:

·         una sensación de ‘cosquilleo’ en el pecho antes o durante la lactancia;
·         la leche fluye de los pechos cuando la madre piensa en el lactante o le escucha llorar;
·         la leche fluye del otro pecho cuando el lactante está succionando;
·         la leche fluye del pecho a manera de chorros cuando se interrumpe la succión;
·         succiones lentas y profundas y deglución de leche, lo cual demuestra que la leche está fluyendo hacia la boca del lactante;
·         dolor o un leve sangrado uterino;
·         sed durante la mamada.

Si están presentes uno o más de estos signos, el reflejo de oxitocina está activo. Sin embargo, la ausencia de estos signos no significa, necesariamente, que el reflejo no está activo. A veces, los signos no son obvios y la madre puede no advertirlos.

La oxitocina también posee importantes efectos fisiológicos y se sabe que, en los animales, afecta al comportamiento de la madre. En los humanos, la oxitocina induce un estado de calma y reduce el estrés También puede favorecer sentimientos de afecto entre la madre y el niño y promover el vínculo afectivo entre ellos.
Las formas placenteras de tocar al lactante estimulan la secreción de oxitocina y también de prolactina.
El contacto piel a piel entre la madre y el lactante después del parto, favorece tanto la lactancia materna como el vínculo emocional.


TEMAS VISTOS
SEMANA DEL 23 DEL AGOSTO DEL 2012
ENFERMERÍA


ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA NIÑO CON LECHE MATERNA A DEMANDA.

LECHE MATERNA: continúa aportando energía y nutrientes de alta calidad hasta los 23 meses de edad

ALIMENTOS BÁSICOS: aportan energía, un poco de proteína (solo los cereales)  vitaminas y cereales (arroz, trigo, maíz), raíces (yuca, papas) y frutas con almidón (plátano)

ALIMENTOS DE ORIGEN ANIMAL: aportan proteína de alta calidad, hierro, zinc y vitaminas (hígado, carnes rojas, carne de pollo, pescado, huevo)

PRODUCTOS LÁCTEOS: aportan proteína, energía, la mayoría de vitaminas (Especialmente vitamina A y folato), calcio (leche, queso cuajada)

VERDURAS DE HOJAS VERDES Y DE COLOR NARANJA: aportan vitaminas A, C y folato (espinaca, brócoli, zanahoria, zapallo)

LEGUMINOSAS: aportan proteína (de calidad media), energía, hierro (guisantes, variedades de frijoles, lentejas, habas, arvejas)

ACEITES Y GRASAS: aportan energía y ácidos grasos esenciales (aceites, margarina, mantequilla o manteca de cerdo)

SEMILLAS: aportan energía (pasta de maní o pastas de frutos secos, semillas remojadas o germinadas, como ser semillas de zapallo, girasol, melón)

COMPUESTOS DE LOS ALIMENTOS
Alimentos ricos en hierro
Hígado (de cualquier tipo), vísceras de animales, carne de animales (especialmente la roja), carne de aves (especialmente la carne oscura), alimentos fortificados con hierro.

Alimentos ricos en vitamina A
Hígado (de cualquier tipo), aceite rojo de palma, yema de huevo, frutas y verduras de color naranja, verduras de hoja verde.

Alimentos ricos en zinc
Hígado (de cualquier tipo), vísceras de animales, alimentos preparados con sangre, carne de animales, aves y pescado, mariscos y yema de huevo.

Alimentos ricos en calcio
Leche o productos lácteos, pequeños pescados con hueso.

Alimentos ricos en vitamina C
Frutas frescas, tomates, pimientos (verde, rojo, amarillo) y verduras verdes.

GUIA PARA INICIAR ALIMENTACION COMPLEMENTARIA
(Niños con LM a libre demanda)
Lactantes de 6-11 meses

6–8 meses 200 kcal/día Comenzar con papillas espesas, 2–3 comidas por día Comenzar con 2–3 cucharadas
Alimentos bien aplastados por comida, incrementar Dependiendo del apetito del niño, gradualmente a ½ vaso o taza Continuar con la comida de se pueden ofrecer 1–2 ‘meriendas’ de 250 ml la familia, aplastada

9–11 meses 300 kcal/día Alimentos finamente picados 3–4 comidas por día ½ vaso o taza o plato de 250 ml o aplastados y alimentos que el niño pueda agarrar con Dependiendo del apetito del niño, la mano se pueden ofrecer 1–2 medias nueves y medias tardes

6–11 meses
Continuar con la lactancia materna
Dar porciones adecuadas de:
·         Puré espeso, elaborado con maíz, yuca, mijo; añadir leche, frutos secos (maní) o azúcar

Mezclas de purés elaborados con plátano, papa, yuca, mijo o arroz: mezclarlos con pescado, frijoles o maní aplastados; agregar verduras verdes.

·         Dar medias nueves y medias tardes nutritivas: huevo, plátano, pan, papaya, leche.  Elaborados con leche, galletas, pan con mantequilla, margarina, pasta de maní o miel, papa cocida.

Niños de 12–23 meses 550 kcal/día Alimentos de la familia, 3–4 comidas por día ¾ a un vaso o taza o plato picados o, si es necesario, de 250 ml aplastados Dependiendo del apetito del niño, se pueden ofrecer 1–2 medias nueves y medias tardes.

12–23 meses
Continuar con la lactancia materna
·         Dar porciones adecuadas de:

Mezclas de alimentos de la familia, aplastados o finamente cortados, elaborados con papa, yuca, maíz, mijo o arroz; mezclarlos con pescado, frijoles o maní aplastados; añadir verduras verdes
Puré espeso de maíz, yuca, mijo; añadir leche, soja, frutos secos o azúcar

·     Dar medias nueves y medias tardes nutritivas: huevo, plátano, pan, papaya, leche y budines elaborados con leche, galletas, pan con mantequilla, margarina, pasta de maní o miel, papa cocida

tomado de la guia:
“La alimentación del lactante y del niño pequeño: Capítulo Modelo para libros de texto dirigidos a
Estudiantes de medicina y otras ciencias de la salud” organización mundial de la salud, Washington, D.C.: OPS, © 2010



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