Tema 7
de 10
28/08/12
a 30/08/12
CUIDADO
INTEGRAL
ENFERMERIA
Tomado
del protocolo Difteria del SIVIGILA
7. DIFTERIA
La
lesión característica producida por la liberación de una toxina específica
segregada por la bacteria, consiste en la aparición de placas de membranas
grisáceas muy adherentes a la mucosa con inflamación alrededor. En las fauces (zona donde se encuentra la
faringe y las amígdalas) hay dolor moderado y los ganglios vecinos se
encuentran inflamados, a tal punto que
pueden observarse grandes prominencias que rodean el cuello (cuello
proconsular).
Es
de destacar que las membranas pueden ocluir la vía aérea, causando el llamado
“crup diftérico”, es decir que a nivel de la faringe-laringe las membranas
“tapan” totalmente la entrada de aire
del exterior, y sólo una intervención
quirúrgica de urgencia llamada
“traqueotomía”, una nueva lugar de entrada del aire directa a través de
la tráquea.
En
casos graves hay gran edema del cuello, el que se muestra turgente y
abultado. La difteria laríngea es grave
en lactantes y niños. En los cuadros severos, los efectos tardíos de la
absorción de toxinas, aparecen después de dos a seis semanas, e incluyen
parálisis neurológicas y miocarditis.
La
difteria por lo común ataca las vías respiratorias, pero puede afectar
cualquier otra mucosa. La enfermedad es de aparición insidiosa, con síntomas y
signos leves e inespecíficos; la fiebre es generalmente baja y rara vez excede
los 38,5° C; los síntomas y los signos son proporcionales a la cantidad de
toxina. Cuando se absorbe una cantidad suficiente de toxina, el paciente puede
verse pálido, tener pulso rápido y presentar una debilidad extrema.
Según
el lugar de la infección, la difteria puede clasificarse así:
Difteria nasal: esta forma se caracteriza por una
secreción nasal mucopurulenta en la que a veces se observan estrías de sangre,
pudiendo formarse una membrana blanca en el tabique.
La
difteria nasal aislada es poco frecuente y por lo general leve; su diagnóstico
puede pasarse por alto fácilmente.
Difteria faríngea y
amigdalina: esta es
la forma “clásica” y puede ir acompañada de afección concomitante en otras
localizaciones, respiratorias o no. Al principio, la faringe tiene un aspecto congestivo
al examen, pero pronto se forman placas blancas pequeñas que crecen formando una
membrana adherente blanco-grisácea, que puede cubrir toda la faringe, incluidas
las amígdalas, la úvula y el paladar blando. El edema y la inflamación de los
tejidos blandos circundantes y el aumento de volumen doloroso de las adenopatías
cervicales anteriores pueden dar lugar al denominado “cuello de toro”,
indicativo de infección grave.
Difteria laríngea: esta forma puede presentarse
aislada (puede no haber lesión faríngea) o puede ser una extensión de la forma
faríngea. Es más frecuente en los niños menores de 4 años y se presenta como
una ronquera progresiva gradual, tos perruna y estridor; puede evolucionar
hacia la obstrucción faríngea y causar la muerte.
Difteria cutánea
(piel): esta es una
infección cutánea leve causada por bacilos productores o no productores de
toxina, mientras que todas las otras formas de difteria son causadas por los organismos
que producen toxina. Es más frecuente en los trópicos y a menudo se ha relacionado
con la pobreza y el hacinamiento.
Complicaciones
La gravedad de los signos y síntomas es usualmente proporcional a la extensión
de la afección local, pues se relaciona con la producción de la toxina en la
membrana diftérica. Las complicaciones locales se deben a la extensión de la membrana.
La
difteria laríngea y la aspiración de la membrana (o parte de ella) pueden
conducir a una obstrucción respiratoria.
Cuando
la membrana se extiende hacia abajo, puede causar neumonía y obstrucción respiratoria.
La
sinusitis y la otitis media están asociadas generalmente con la difteria
nasofaríngea como consecuencia del edema de las vías respiratorias superiores.
Las
complicaciones generales secundarias a la toxina de la difteria incluyen las
siguientes:
Miocarditis: es la principal causa de mortalidad
por difteria. Esta puede complicarse con bloqueos cardíacos y puede progresar
hacia la insuficiencia cardiaca congestiva. La miocarditis temprana aparece
entre el tercero y el séptimo día de la infección y suele ser mortal. La
miocarditis tardía, menos grave, aparece por lo general la segunda semana
después del comienzo y, en ocasiones, posteriormente.
Complicaciones
neurológicas: se manifiestan principalmente por una neuropatía periférica tóxica,
que afecta sobre todo a los nervios motores. Suelen comenzar entre dos y ocho semanas
después de la aparición de la enfermedad. La parálisis de los músculos oculares,
de los miembros y del diafragma puede aparecer después de la quinta semana. La
parálisis diafragmática puede ser grave y provocar una neumonía o requerir el
uso de ventilación mecánica. Normalmente, estas complicaciones neurológicas se
resuelven por completo.
Agente etiológico
El
agente etiológico de la enfermedad es el Corynebacterium diphtheriae, un bacilo
aeróbico
Gram
positivo, cuyo poder patogénico proviene de una sustancia extracelular
(exotoxina) producida por dicho germen.
Existen
cuatro biotipos: mitis, intermedius, gravis y belfanti; los casos más graves de
la enfermedad están asociados con el biotipo gravis, aunque cualquiera de estos
puede producir toxina.
Para
que las bacterias produzcan esta exotoxina deben estar infectadas por un virus
—el corinebacteriófago— que contiene el gen tox. Las cepas no toxigénicas de C.
diphtheriae rara vez causan enfermedad y cuando lo hacen, ésta suele ser leve y
sin complicaciones generalizadas. Las cepas no toxigénicas, sin embargo, pueden
causar difteria cutánea y se han relacionado con casos de endocarditis.
Modo de transmisión
El
principal modo de transmisión es por vía aérea, a través de gotitas
respiratorias, por contacto con una persona enferma o con un portador (persona
que tiene la bacteria pero no padece la enfermedad); en el caso de la difteria
cutánea, por contacto con artículos contaminados con las secreciones de las
personas infectadas; se ha descrito la leche cruda como un vehículo efectivo
Período de incubación Es de 2 a 5 días, con un intervalo
de 1 a 10 días.
Período de
transmisibilidad
Es
variable, las personas no tratadas son infecciosas durante 2 a 4 semanas y
aquellas que han recibido tratamiento de 2 a 4 días. Los portadores crónicos,
que son raros, pueden expulsar microorganismos durante 6 meses o más.
MEDIDAS PREVENTIVAS: el único control eficaz se logra
mediante una amplia inmunización activa con toxoide diftérico (vacuna triple bacteriana o doble).
Esquema nacional de
vacunación para difteria
DPT+Hib+HB
La 1ra, al inicio del
esquema; la 2da, al mes de la primera; la 3ra, a los 6 meses después de la 2da;
la 4ta, al año de la
3ra, y la 5ta, al año
de la 4ta.
A los 2 meses
Pentavalente* 1 dosis
Difteria, tetanos, tos
ferina, Haemophilus influenzae tipo b, hepatitis B
IM
A los 4 meses
Pentavalente 2 dosis
Difteria, tétanos, tos
ferina, Haemophilus influenzae tipo b, hepatitis B
IM
A los 6 meses
Pentavalente 3 dosis
Difteria, tétanos, tos
ferina, Haemophilus influenzae tipo b, hepatitis B
IM
Al año de la tercera
dosis
DPT 1er refuerzo
Difteria, tétanos, tos ferina IM
A los 5 años DPT 2do
esfuerzo Difteria, tétanos, tos ferina. IM
Entre los 10- 49 años
Td (adultos)
MEF 5 dosis**
Gestantes 2 dosis
Difteria y tétanos
IM
DX
El
diagnóstico de presunción efectuado por el pediatra, el clínico o el
infectologo se confirma por el examen bacteriológico de las pseudomembranas que
se tomaron de muestra y de esa forma se aísla la bacteria.
TRATAMIENTO
Antibióticos específicos y
antitoxina
Profe falto imagenes para distingir la enfermedad!
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