domingo, 26 de agosto de 2012


Tema 10 de 10
28/08/12 a 30/08/12
CUIDADO INTEGRAL
ENFERMERIA

PARASITOSIS INTESTINAL
DEFINICIÓN
Las parasitosis intestinales son infecciones producidas por parásitos cuyo hábitat natural es el aparato digestivo del hombre.

2. CLASIFICACIÓN
Para simplificar la clasificación, podemos dividirlos en dos grandes grupos: protozoos y helmintos.

LOS PROTOZOOS que infectan al ser humano se dividen a su vez en 4 phylum: Sarcodyna (incluye todas las amebas), Ciliophora (protozoos ciliados), Sporozoa (coccidios) y Mastogophora (protozoos flagelados). Existen dos organismos que siguen generando dudas a la hora de clasificarlos: Blastocystis hominis y Microsporidium.

LOS HEMINTOS incluyen parásitos trematodos, cestodos y nematodos. Todos ellos se reproducen a través de huevos, por lo que su diagnóstico se basará tanto en la visualización de larvas como de huevos.

10.1 AMEBIASIS INTESTINAL. Infección originada por la E. histolytica, unica ameba patógena para el hombre, Se presenta en manera de:
· Quiste; que se encuentra en la luz intestinal y permite la infección por vía oral.
· Trozofoíto; responsable de las lesiones en los tejidos. Es la forma invasiva. Inicia con la colonización de la luz intestinal y da lugar a la invasión la pared intestinal originando en algunas ocasiones la existencia de úlceras y a la formación de amebomas. En invasiones más profundas los trofozoítos pueden penetrar las paredes de las vénulas mesentéricas y ser transportados por la circulación hasta el sistema portal y de ahí al hígado.

Estos abscesos hepáticos pueden drenar hacia la cavidad pleural, el pulmón o el pericardio o pueden dar lugar a abscesos subdiafragmáticos, siendo rara la aparición de abscesos metastásicos.

La invasión amebiana induce la formación inmediata de anticuerpos específicos por parte del huésped, pero sin que se des arrolle una protección inmunitaria eficaz (reinfecciones).
La inmunidad celular ejerce un papel protector; existe una correlación clínica entre el descenso de linfocitos T y el desarrollo de abscesos hepáticos amebianos, exacerbaciones de la colitis y megacolon tóxico sobre todo en pacientes con SIDA.

Medio de transmisión: ingesta de agua o alimentos contaminados y prácticas sexuales oro-anales.

Ciclo vital: tras ingesta, el quiste libera al trofozoito que invade el intestino grueso, se multiplica y produce una necrosis local de la pared, por donde algunos trofozoitos pasan a localizaciones extraintestinales.

Clínica: existen casos asintomáticos, se cree que la mayoría de ellos corresponden a E. dispar indistinguible morfológicamente de la E. histolytica. Cuando produce clínica ésta suele incluir: abdominalgia intensa, diarreas con sangre y moco, úlceras de mucosa e incluso peritonitis por perforación de la misma, granulomas amebianos o colitis fulminantes. La forma extraintestinal más común es el absceso hepático (con supuración achocolatada, fiebre, malestar general, pérdida de peso y en ocasiones hepatomegalia), otras formas son la neumonía o pleuritis amebiana, la anemia, amebiasis genitourinaria, cutánea o cerebral.

La clínica puede ser:
1. Eliminación asintomática de quistes.
La invasión tisular se produce tan sólo en el 2-8% de los infectados, persistiendo el parásito como comensal en la luz del intestino. Estos portadores sanos se constituyen en la principal fuente de diseminación de la infección.
2. Diarrea aguda acuosa. Infección amebiana moderada que cursa con deposiciones blandas o líquidas, pérdida de agua y electrólitos que pueden agravar el cuadro.
3. Colitis no disentérica. Con episodios recurrentes de diarrea (con moco y sin sangre), dolor abdominal y flatulencia.
4. Disentería amebiana. Comienza de forma gradual, con dolor abdominal cólico, deposiciones frecuentes con moco, sangre y tenesmo, que se prolonga 1 ó 2 semanas con frecuentes recurrencias en pacientes no tratados.
5. Colitis amebiana necrotizante fulminante. Más frecuentes en lactantes y niños pequeños, en países tropicales, en recién nacidos malnutridos y en pacientes con SIDA existen casos graves con gangrena intestinal, peritonitis, obstrucción intestinal, perforación y hemorragias.
6. Amebiasis extraintestinales. Con diseminación del parásito a diversos órganos internos como: a) Absceso hepático amebiano, que cursa con fiebre, dolor, distensión abdominal y hepatomegalia dolorosa. b) Amebiasis pulmonar, primaria o secundaria a la rotura de un absceso hepático. c) Amebiasis cerebral. Muy raros, únicos y de pequeño tamaño. d) Amebiasis cutáneas. e) Otros: úlceras ano-rectales, abscesos amebianos esplénicos y síndrome hemolítico- urémico.

Formas complicadas
1. Colitis amebiana necrotizante fulminante. gangrena intestinal, peritonitis, obstrucción intestinal, perforación y hemorragias.
2. Amebiasis extraintestinales. Con diseminación del parásito a diversos órganos internos como:
a) Absceso hepático amebiano, que cursa con fiebre, dolor, distensión abdominal y hepatomegalia dolorosa
b) Amebiasis pulmonar, primaria o secundaria a la rotura de un absceso hepático.
c) Amebiasis cerebral. Muy raros, únicos y de pequeño tamaño.
d) Amebiasis cutáneas.
e) Otros: úlceras ano-rectales, abscesos amebianos esplénicos y síndrome hemolítico urémico

10.2 GIARDIASIS
Giardia lamblia es uno de los parásitos patógenos intestinales más frecuentes causantes de diarrea, con una mayor incidencia en niños de menor edad. Pueden ocasionar la infección aguda o crónica.
Los trofozoítos que se localizan en el intestino delgado, fijados a la mucosa, principalmente en el duodeno, allí e multiplican, los que caen a la luz intestinal dan origen a quistes, que son eliminados con las materias fecales y son la vía más frecuente de transmisión es la fecal-oral Clínicamente la mayoría cursan de forma asintomática y actúan como portadores del parásito.

Los casos sintomáticos presentan dolor epigástrico, diarrea aguda o crónica, continua o intermitente, alternando con fases de es treñimiento. Las deposiciones son acuosas, con moco y en raras ocasiones con sangre, que pueden prolongarse durante semanas o años, con un período de incubación de 5 a 15 días. En la infancia puede acompañarse de esteatorrea y retraso estaturo ponderal (malabsroción).

También pueden cursar con cólicos abdominales, flatulencia, vómitos y náuseas, astenia y anorexia, pérdidas de peso y manifestaciones nerviosas inespecíficas.

DX
Hemograma.
COPROLOGICO: Examen microscópico de las heces (tres tomas con intervalo de 2-3 días y un tiempo máximo de 10 días entre las tres). Donde se visualizan los quistes y en algunos casos de diarrea los trofozoítos.
El aspirado y la biopsia duodenal, técnicas de elección en centros de 2 y 3er nivel. Realizando EVDA mayoría muestran una mucosa normal, con parásitos en el interior de las vellosidades.

Medio de transmisión: ingesta de alimentos o agua contaminados o relaciones sexuales oro-anales.

Ciclo vital: tras ingesta, el quiste se rompe en duodeno y yeyuno donde se multiplica.

Clínica: Casi la mitad de los infestados son portadores asintomáticos, mientras que la otra mitad presentan febrícula, escalofríos, diarreas explosivas acuosas y fétidas, que se acompañan de abdominalgia, abundantes gases y esteatorrea, generalmente sin sangre en heces. Puede derivar en un síndrome crónico o en un síndrome de malabsorción o deshidratación importante.

Tratamiento de elección: Metronidazol 250-500 mg/ 8 horas/ 7 días; Tinidazol 2 g una dosis.

Tratamiento alternativo: Quinacrina 100 mg /12 horas/ 5 días. Quinacrina + metronidazol en casos resistentes.

Comentarios: Control 2 a 4 semanas postratamiento.

PLAN EDUCATIVO
- Suministro de agua adecuadamente protegida, filtrada o esterilizada. Hervir el agua de dudosa calidad parasitológica durante tres minutos (contar a partir que comienza el hervor.
- Eliminación correcta de las aguas residuales o albañales
- Educación sanitaria: lavado de manos después de defecar, antes de
- comer, después de jugar con tierra o con arena en niños, etc.
- Chequeo y control del personal que maneja alimentos e instituciones infantiles. Si la persona esta parasitada, alejarla de sus labores hasta control de tratamiento con informe negativo.
- Higiene personal (lavar las manos, cortar las uñas).
- Preconizar el uso de calzado en zonas de endemia parasitaria.
- Evitar la defecación a cielo abierto y en cursos de aguas recreacionales.
- Tratamiento quimioprofiláctico de los portadores de quistes asintomáticos.
- Educación a grupos sexuales de alto riesgo sobre la transmisión fecal-oral.
- Lavado de frutas y verduras con desinfectante antes de consumirlas.

Tomado de www.esecarmenemiliaospina.gov.co

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