Tema
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28/08/12
a 30/08/12
CUIDADO
INTEGRAL
ENFERMERIA
PARASITOSIS
INTESTINAL
DEFINICIÓN
Las parasitosis intestinales son
infecciones producidas por parásitos cuyo hábitat natural es el aparato
digestivo del hombre.
2.
CLASIFICACIÓN
Para simplificar la clasificación, podemos
dividirlos en dos grandes grupos: protozoos y helmintos.
LOS
PROTOZOOS
que infectan al ser humano se dividen a su vez en 4 phylum: Sarcodyna (incluye
todas las amebas), Ciliophora (protozoos ciliados), Sporozoa (coccidios) y
Mastogophora (protozoos flagelados). Existen dos organismos que siguen
generando dudas a la hora de clasificarlos: Blastocystis hominis y
Microsporidium.
LOS
HEMINTOS
incluyen parásitos trematodos, cestodos y nematodos. Todos ellos se reproducen
a través de huevos, por lo que su diagnóstico se basará tanto en la
visualización de larvas como de huevos.
10.1 AMEBIASIS
INTESTINAL.
Infección originada por la E. histolytica, unica ameba patógena para el hombre,
Se presenta en manera de:
· Quiste; que se encuentra en la luz
intestinal y permite la infección por vía oral.
· Trozofoíto; responsable de las lesiones
en los tejidos. Es la forma invasiva. Inicia con la colonización de la luz
intestinal y da lugar a la invasión la pared intestinal originando en algunas
ocasiones la existencia de úlceras y a la formación de amebomas. En invasiones
más profundas los trofozoítos pueden penetrar las paredes de las vénulas
mesentéricas y ser transportados por la circulación hasta el sistema portal y
de ahí al hígado.
Estos abscesos hepáticos pueden drenar
hacia la cavidad pleural, el pulmón o el pericardio o pueden dar lugar a
abscesos subdiafragmáticos, siendo rara la aparición de abscesos metastásicos.
La invasión amebiana induce la formación
inmediata de anticuerpos específicos por parte del huésped, pero sin que se des
arrolle una protección inmunitaria eficaz (reinfecciones).
La inmunidad celular ejerce un papel
protector; existe una correlación clínica entre el descenso de linfocitos T y
el desarrollo de abscesos hepáticos amebianos, exacerbaciones de la colitis y
megacolon tóxico sobre todo en pacientes con SIDA.
Medio
de transmisión:
ingesta de agua o alimentos contaminados y prácticas sexuales oro-anales.
Ciclo
vital:
tras ingesta, el quiste libera al trofozoito que invade el intestino grueso, se
multiplica y produce una necrosis local de la pared, por donde algunos
trofozoitos pasan a localizaciones extraintestinales.
Clínica: existen casos
asintomáticos, se cree que la mayoría de ellos corresponden a E. dispar
indistinguible morfológicamente de la E. histolytica. Cuando produce clínica
ésta suele incluir: abdominalgia intensa, diarreas con sangre y moco, úlceras
de mucosa e incluso peritonitis por perforación de la misma, granulomas
amebianos o colitis fulminantes. La forma extraintestinal más común es el absceso
hepático (con supuración achocolatada, fiebre, malestar general, pérdida de
peso y en ocasiones hepatomegalia), otras formas son la neumonía o pleuritis
amebiana, la anemia, amebiasis genitourinaria, cutánea o cerebral.
La
clínica puede ser:
1. Eliminación asintomática de quistes.
La invasión tisular se produce tan sólo en
el 2-8% de los infectados, persistiendo el parásito como comensal en la luz del
intestino. Estos portadores sanos se constituyen en la principal fuente de
diseminación de la infección.
2. Diarrea aguda acuosa. Infección amebiana
moderada que cursa con deposiciones blandas o líquidas, pérdida de agua y
electrólitos que pueden agravar el cuadro.
3. Colitis no disentérica. Con episodios
recurrentes de diarrea (con moco y sin sangre), dolor abdominal y flatulencia.
4. Disentería amebiana. Comienza de forma
gradual, con dolor abdominal cólico, deposiciones frecuentes con moco, sangre y
tenesmo, que se prolonga 1 ó 2 semanas con frecuentes recurrencias en pacientes
no tratados.
5. Colitis amebiana necrotizante
fulminante. Más frecuentes en lactantes y niños pequeños, en países tropicales,
en recién nacidos malnutridos y en pacientes con SIDA existen casos graves con
gangrena intestinal, peritonitis, obstrucción intestinal, perforación y
hemorragias.
6. Amebiasis extraintestinales. Con
diseminación del parásito a diversos órganos internos como: a) Absceso hepático
amebiano, que cursa con fiebre, dolor, distensión abdominal y hepatomegalia
dolorosa. b) Amebiasis pulmonar, primaria o secundaria a la rotura de un absceso
hepático. c) Amebiasis cerebral. Muy raros, únicos y de pequeño tamaño. d) Amebiasis
cutáneas. e) Otros: úlceras ano-rectales, abscesos amebianos esplénicos y síndrome
hemolítico- urémico.
Formas
complicadas
1. Colitis amebiana necrotizante
fulminante. gangrena intestinal, peritonitis, obstrucción intestinal,
perforación y hemorragias.
2. Amebiasis extraintestinales. Con
diseminación del parásito a diversos órganos internos como:
a) Absceso hepático amebiano, que cursa con
fiebre, dolor, distensión abdominal y hepatomegalia dolorosa
b) Amebiasis pulmonar, primaria o
secundaria a la rotura de un absceso hepático.
c) Amebiasis cerebral. Muy raros, únicos y
de pequeño tamaño.
d) Amebiasis cutáneas.
e) Otros: úlceras ano-rectales, abscesos
amebianos esplénicos y síndrome hemolítico urémico
10.2 GIARDIASIS
Giardia lamblia es uno de los parásitos
patógenos intestinales más frecuentes causantes de diarrea, con una mayor
incidencia en niños de menor edad. Pueden ocasionar la infección aguda o
crónica.
Los trofozoítos que se localizan en el
intestino delgado, fijados a la mucosa, principalmente en el duodeno, allí e
multiplican, los que caen a la luz intestinal dan origen a quistes, que son
eliminados con las materias fecales y son la vía más frecuente de transmisión
es la fecal-oral Clínicamente la mayoría cursan de forma asintomática y actúan
como portadores del parásito.
Los casos sintomáticos presentan dolor
epigástrico, diarrea aguda o crónica, continua o intermitente, alternando con
fases de es treñimiento. Las deposiciones son acuosas, con moco y en raras
ocasiones con sangre, que pueden prolongarse durante semanas o años, con un
período de incubación de 5 a 15 días. En la infancia puede acompañarse de esteatorrea
y retraso estaturo ponderal (malabsroción).
También pueden cursar con cólicos
abdominales, flatulencia, vómitos y náuseas, astenia y anorexia, pérdidas de
peso y manifestaciones nerviosas inespecíficas.
DX
Hemograma.
COPROLOGICO: Examen microscópico de las
heces (tres tomas con intervalo de 2-3 días y un tiempo máximo de 10 días entre
las tres). Donde se visualizan los quistes y en algunos casos de diarrea los
trofozoítos.
El aspirado y la biopsia duodenal, técnicas
de elección en centros de 2 y 3er nivel. Realizando EVDA mayoría muestran una
mucosa normal, con parásitos en el interior de las vellosidades.
Medio
de transmisión:
ingesta de alimentos o agua contaminados o relaciones sexuales oro-anales.
Ciclo
vital:
tras ingesta, el quiste se rompe en duodeno y yeyuno donde se multiplica.
Clínica: Casi la mitad de
los infestados son portadores asintomáticos, mientras que la otra mitad
presentan febrícula, escalofríos, diarreas explosivas acuosas y fétidas, que se
acompañan de abdominalgia, abundantes gases y esteatorrea, generalmente sin
sangre en heces. Puede derivar en un síndrome crónico o en un síndrome de
malabsorción o deshidratación importante.
Tratamiento
de elección:
Metronidazol 250-500 mg/ 8 horas/ 7 días; Tinidazol 2 g una dosis.
Tratamiento
alternativo:
Quinacrina 100 mg /12 horas/ 5 días. Quinacrina + metronidazol en casos
resistentes.
Comentarios: Control 2 a 4 semanas
postratamiento.
PLAN
EDUCATIVO
- Suministro de agua adecuadamente
protegida, filtrada o esterilizada. Hervir el agua de dudosa calidad parasitológica
durante tres minutos (contar a partir que comienza el hervor.
- Eliminación correcta de las aguas
residuales o albañales
- Educación sanitaria: lavado de manos
después de defecar, antes de
- comer, después de jugar con tierra o con
arena en niños, etc.
- Chequeo y control del personal que maneja
alimentos e instituciones infantiles. Si la persona esta parasitada, alejarla
de sus labores hasta control de tratamiento con informe negativo.
- Higiene personal (lavar las manos, cortar
las uñas).
- Preconizar el uso de calzado en zonas de
endemia parasitaria.
- Evitar la defecación a cielo abierto y en
cursos de aguas recreacionales.
- Tratamiento quimioprofiláctico de los
portadores de quistes asintomáticos.
- Educación a grupos sexuales de alto
riesgo sobre la transmisión fecal-oral.
- Lavado de frutas y verduras con
desinfectante antes de consumirlas.
Tomado de www.esecarmenemiliaospina.gov.co
:D
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